Dr. Mangialavori. 84 casos de COVID-19.

Dr. Tornarelli. 21.03.2020

Aportación Dr. Manel Mateu

Chinium muriaticum

– Fiebre que aumenta por la tarde, resistente a los antipiréticos.

– Debilidad, más evidente hacia la noche.

– Cefalea frontal presiva, con dolor ocular, como si fuera una neuralgia.

– Tos seca irritativa, percibida como un fastidio en las vías altas.

– Poco apetito, poca sed, prefieren salados, y bebidas calientes.

– Actitud victimista, hacen responsables a los demás de su propia enfermedad, han hecho todo lo posible para no infectarse, y si ahora están enfermos, es culpa de los demás, que no han tenido las mismas precauciones.

Grindelia robusta

– Fiebre que se manifiesta en dos o tres accesos, durante las 24 h.

– Debilidad sobretodo las primera horas de la mañana (al revés que Chin-m.).

– Cefalea occipital, pulsátil, > sentados. < al acostarse, se lo impedia el dolor.

– Tos seca, con sensación de tener que expectorar, aunque en ausencia de mucosidad (catarro). El paciente insiste en liberarse de una insignificante cantidad de moco, que cuando finalmente consigue eliminar, parece aportar un alivio poco coherente con la cantidad de moco expectorado.

– Paroxismos de tos, aparentemente sofocante, con gran preocupación por la incapacidad respiratoria, con gran miedo de acabar ingresando en el Hospital.

– Miedo a dormirse, quiere dormir con la luz encendida, con la preocupación de que su respiración se pare al dormirse.

– Conjuntivitis que empieza en un ojo y sigue al otro.

– Dolor articular, < piernas.

– Actitud más asustada, tienden a negar los propios síntomas a sus familiares, por miedo a no tener una buena respuesta, y conscientes de su propia hipocondria y estar muy alarmados, al no saber lo que es realmente objetivo.

Camphora

– Fiebre continua, sin a penas variaciones en el curso del día.

– Gran sudoración, con astenia incipiente, que aumenta al sudar.

– Cefalea con sensación de presión desde dentro hacia afuera y que intentan contener con cualquier cosa que les apriete.

– Tos menos evidente, pero que fatiga mucho al paciente, y que parece palidecer cuando respira profundamente. Círculo vicioso que le lleva a respirar superficialmente, con la preocupación de no ventilar suficientemente.

– Disnea de mínimos esfuerzos, no necesariamente asociada a una escasa saturación de Oxigeno.

– Rinorrea acuosa y persistente, – Diarrea sin dolor abdominal.

– Oliguria, vivido o percibido en modo alarmante, aunque no sea un signo de gravedad.

– Confusión, preocupación de ser un peligro para los propios familiares, y muy conscientes de que están experimentando algo muy significativo para su propia vida.

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